...de Ushuaia a Alaska, allá vamos, porque a pesar de las diferencias, todos somos iguales.

sábado, 31 de marzo de 2012

Ser colombiano, según ellos mismos.


Andrés, 25 años, de Sincelejo. Ex soldado del Ejército Nacional.

Ser colombiano es ser una persona honesta, sencilla y humilde. Es de la manera como uno se cría, somos personas pobres porque en sí, el status de nuestro país cambia mucho a la gente. Los que tienen plata tienden a ser más duros, aquí son pocos los humildes. Ser colombiano es sufrir por la guerra interna que tenemos, que el “gobierno la acaba” pero siempre queda ahí…Hay más pobreza que riqueza, aunque haya mucha riqueza natural.
Cada 200 o 500 kms hay un peaje, cobran impuestos pero es duro porque hay más gente pobre. Ser colombiano…queremos que la guerra interna se acabe, eso es lo que más jodidos nos tiene, aunque sería como tirar una piedra al mar. Pocos saben realmente lo que ser soldado significa, lo que es perder a un amigo, verlo sin piernas por una mina que explotó. Uribe…no, no estoy de acuerdo con la política que planteó. Muchos ignoran lo que sufrimos ahí adentro, meternos en la sierra por días y días, sin comida y como anzuelos, estar en primera línea de combate y morir. Después Uribe nos felicitaba, pero al cuerpo lo poníamos nosotros, al precio de la muerte, la locura o el mal camino.
Ser colombiano es ser amable con la gente de afuera, poder expresarnos con nuestra cultura y poder mostrarlo.
Este es un mensaje que me gustaría dejarles como colombiano:
¿De que vale el físico del ser humano si no conectamos el corazón con el pensamiento?, fundamental para creer que todos los hombres hemos nacido de una mujer. Yo no entiendo porque hay hombres que maltratan a una mujer, sabiendo que están vivos por una de ella…lo material no es la esencia de la vida, no somos eternos…


Vanezza Escobar,  22 años, de Putumayo.

Siento a Colombia como el país de contrastes, de contradicciones, de inasibles. Lo impredecible de sus gentes, de una hospitalidad impecable a pesar de llevar casi toda una vida envueltos en una guerra. País del sur y del norte: en donde el norte representa los centros urbanos que en su mayoría desarrollan una productividad capitalista, que se refleja en las ciudades con las desigualdades de ese tipo de economías; y el sur que se resiste a la "modernización" y que por eso ha vivido dinámicas de colonización informe, desordenada, casi casual, con economías de extracción que devastan los territorios; pero en donde se encuentran las mayores manifestaciones de resistencia comunitaria. País de conflictos, pero de amores también: de músicas, de sonidos, de ríos, de sabores múltiples. De danzas, de historias, de cantares. País bañado por ríos, con una de las cuencas hidrográficas más complejas del planeta, con tres imponentes cordilleras que lo atraviesan, con desiertos, nevados, selvas y llanuras. Con pueblos indígenas que enseñan cómo cuidar el suelo que habitas, con negritudes que te muestran los movimientos del mar y las palmeras, con lejanos gitanos que con su ausencia/presencia te hablan de viajes, y con los citadinos que siempre salen de la ciudad, como buscando algo...Alguien decía que la vida se signa por "La belleza del mundo y el dolor del hombre", creo que se aplica para describir a Colombia.


David Giraldo, 28 años, de Bogotá. Productor audio-visual y profesor de yoga.

Puedo hablar desde mi perspectiva, no de lo que significa ser colombiano sino de lo que para mí ha sido nacer en Colombia. Implica, desde siempre, haber tenido la posibilidad de entrar en contacto con la fuerza más increíble del mundo, la fuerza de la naturaleza, pues solo la variedad de paisajes y de lugares te hace entrar desde muy pequeño en una constante reflexión de lo increíble que puede llegar a ser tu mundo. Es pasear por entre los mil matices de la vida, las alegrías, las tristezas, el amor, el desamor, pero siempre desde la linda perspectiva de que todo puede siempre estar mejor, mirando con tu frente en alto pero humildemente, sutilmente para encontrar la sensibilidad necesaria que te lleve a poder disfrutar del instante.
Haber nacido en mi país, aunque no haya sido mi elección, ha sido una gran bendición pues he podido encontrar el calor humano que nos caracteriza a los latinos, la amabilidad, la sonrisa que siempre busca manifestarse a pesar de las mil dificultades que puedan presentarse en el día a día, el tono de la esperanza que se dibuja en cada uno de los rostros que puedo ver...es haber podido encontrar la sensibilidad necesaria para entender que el mundo es algo por lo cual vale la pena luchar.


Haber nacido acá me ha hecho un soñador, pues cada día ves como lo imposible se hace posible, lo irreal se hace real (aunque no siempre lo real sea agradable), lo intangible se hace perceptible! Es viajar por uno de los lugares más hermosos del planeta, las playas, las selvas, los desiertos, los colores, olores, sabores de cada región. Incluso encontrar en tu camino la sabiduría ancestral de los indígenas que te impulsa a entender que el mundo va para un lado más amable y espiritual...Te llenas de fuerza para seguir adelante pues conoces además gente de todas partes del mundo que se maravillan con lo que tú siempre has tenido y quisieran vivir acá de la forma en que tú puedes hacerlo. Es además compartir con el corazón abierto el regalo de la vida con todos lo que se cruzan por tu camino, para que algún día cuando todo llegue a su fin (si es que tal cosa existe), puedas sonreír de haber vivido y nacido en un paraíso que te ayuda a vivir el cielo en la tierra.


Joaquín Antonio Barrios, 61 años, de Santa Marta. Mecánico y canta autor, especialista en improvisaciones. Se hace llamar “El Cóndor sobre los Andes”. (Nos improvisó esta letra en el momento)

Soy el colombiano solo
 Soy el  trino que trinaba 
Soy el ave que volaba 
El hijo de aquel cóndor 
Yo también te puedo hablar 
Soy el hijo de la Laura 
soy el hijo de aquel Rey 
el hijo del sol bendito que se acaba de opacar 
Soy Santa Marta linda, Barranquilla y Cartagena 
soy toda mi tierra porque llevo aquí mi mapa 
Me lo dice una bandera que se encuentra en Panamá
que es la hija de Simón Bolívar y la tienen que regresar
los gringos porque son gringos y eso sí que es verdad
Soy el hijo de Simón Bolívar... 
El luchó con tanto orgullo
su bendición la tiene aquí y su caballo ligero 
un palomo que volaba
Adonde es que estás ahorita pa cantarte a ti, viajero
que viniste de Argentina yo no sé porqué será…

(Foto gentileza de Aprendiendo a Viajar)
¡Gracias Andrés, David, Joaco y Vanezza por haberse tomado el tiempo de escribir esas lindísimas palabras! Y gracias a todos los colombianos que conocimos a lo largo de estos 3 meses. Sin lugar a dudas, Colombia es su gente, sonriente, alegre, abierta y dispuesta siempre a tender una mano solidaria. Rostros encendidos y miradas que brillan por encima de todo, opacando en la intensidad de su paso, a cualquier noticia que intente desfigurar la honestidad y el cariño, propios, más propios que nunca del pueblo colombiano.


En la próxima, la vida y la muerte a la marchanta. El azar, la negligencia y un cruce a Panamá que nunca vamos a olvidar. ¡Lo más movidito del viaje está por venir y mide 4 mts!

viernes, 23 de marzo de 2012

Uno propone y la Westy dispone

¿En que nos habíamos quedado?. Sí, en Palomino, la tierra predilecta de Clari, como se habrá podido notar. Después de hacerla entrar en razón, decidió no cambiar su residencia de Tigre a Palomino. 
Unos días más de descanso en las apacibles playas de la Guajira colombiana, entre charlas con Miguel Rosado, los cocos y las tortugas, esperábamos nuevas visitas, amigos, esos que hacen tanta falta cuando no se los ve, venían a Cartagena Tomi, Murray y Lu. 
Pero antes, teníamos unos días y decidimos pasar por un spa para la Westy, y sólo para ella, porque para nosotros fueron 4 días de dormir en un taller, con mucho calor, mosquitos, ruidos y bañándonos, cuando los 57 mecánicos se iban, en un tanque de agua para las gomas pinchadas. Todo fuera por recuperar la apariencia y el alma de nuestra fiel compañera. Para los poco memoriosos, en Bolivia, un camionero había "besado su trasero" con el acoplado.
 Pacheco, el amable latonero (en criollo: chapista) que con cara de hacer cagadas me hizo sufrir mientras me mostraba cómo serruchaba la chapa.
El compañero culminaba el desastre mientras desesperado, yo me rasgaba las vestiduras sin consuelo, no creía que después de eso, la cirugía quedara bien.
El descanso y la lectura se daba entre tierra, calor (unos 42 c° promedio), chatarras y mecánicos.
Joaco, mi tocayo, un cantautor, que mientras hacía su trabajo, componía alegres canciones.
El trabajador más feliz, ni un minuto del día dejaba vacío sin su voz y su alegría. Lección: no hay que tener el mejor trabajo, ni mucha plata, ni mucho de nada para disfrutar de la vida y de los días. Más adelante habrá material inédito de Joaco, el nos regaló una canción única, como todas las que hace.
El exterior bien, el interior no. Yendo a buscar a Tomi a Cartagena, las calenturas recurrentes de la Westy volvieron y no nos dejó llegar a tiempo. Otra vez, la camioneta, marcaba el ritmo de nuestros pasos, como queriendo explicar, o hacernos entender, que los apuros no caben en este viaje.
Pero el momento más feliz llegó, un día entero oteando el horizonte buscando al amigo entre las cabezas de la multitud, queríamos verlo llegar y de las ganas ya lo confundíamos hasta con ancianas o caballos. Pero al fin llegó, lo vimos pasar, apretado el paso, buscándonos. Un ataque por la retaguardia, un abrazo infinito, y una alegría incontenible, las palabras se atropellaban sin respiro, mucho que hablar, mucho. Obviamente, fotos de ese momento no hay, se necesita la frialdad de un paparazzi de Crónica para pensar en eso. Acá, más calmados, en nuestra plaza hogar Fernández de Madrid. Ahí, esperaríamos unos 3 días más al segundo contingente de visitas.
 En la misma plaza, conocimos a Sombra o "Shadow", un rockero de las calles, y Tomi lo acompañó en una de sus presentaciones. Las mismas tres canciones, de sol a sol y más: "Samantha", "Singing in the rain" y "Knocking on heavens door".
Tomi es la segunda persona que puede jactarse de haber dormido en el 2do piso de nuestra renovada (no tiene más bollo atrás) casa.
Desde que Lucky Luke no labura más, Jolly Jumper debe valérselas por si solo. Ahora trabaja en un carro de Cartagena. Dice que tiene menos adrenalina pero que disfruta  de la tranquilidad de su nuevo oficio.
 Fiel como un amigo debe ser, o más, Tomi pasó su primer día de viaje con nosotros en el "cómodo" taller de Don Álvaro. Mientras intentábamos remendar la pérdida de agua, mis compañeros de ruta investigaban posibles soluciones en los manuales.
Las calles cartageneras volvieron a ser nuestro cotidiano paisaje, es increíble, pero uno, si no está atento se puede acostumbrar a este tipo de bellezas.
..."estoy tan enamorado, de la Negra Tomasa, que cuando se va de casa, qué triste me pongo, ay, ay, ay"... Cantaba Compay Segundo. No sabemos si Ella es la musa, pero por lo menos tiene los atributos necesarios para merecer la canción. Ésta Negra Tomasa, como se hacía llamar, vende frutas en la calle y usa lechuga de sombrero.
 ¡Y llegaron! el quinteto completo, salió de rumba. El lugar: Donde Fidel, si alguien pasa por acá y quiere mover el esqueleto al compás de la salsa, que venga pues.
 Primero a ponerse al día.
 Después, a bailar. La salsa es el género más difícil de bailar que haya conocido, mis torpes rodillas no podían soltarse, pero las de mi amigo se movían como si fueran de cubano. 
 Pochi, simplemente, Pochi.
 Los 5 juntos fuimos a la Isla de Barú. La playa es mucho más divertida cuando se visita con amigos, no por menospreciar la compañía de Clari, pero a ella le va más tomar sol, y a los hombres nos cuesta. Con Tomi y Murray la actividad empezaba desde temprano: Competencia de bolas de arena, quién nada hasta más lejos, sumo, pulseada china, etc. Después me tildaron de competitivo, pero la abstinencia de actividad playera me estaba enloqueciendo.
 Desayuno de campeones.
 Listos para investigar el lecho marino. Comprobado, los tenedores no sirven de arpón.
 "El yoga me conecta conmigo misma y con la naturaleza". 
"A los 30 me siento más madura y sexy" . 
"Ahora vivo el Aquí y el Ahora". 
"El agua mineral omega 4 revitaliza mi costado sexual".
"Hoy sólo quiero vivir el presente plenamente"
"El secreto de mi belleza son las ganas de vivir y el amor por los animales"
"Vamos a adoptar a un niño camboyano como Nicole"
(APRENDIENDO A SER TAPA DE HOLA, GENTE Y CARAS)
 La panza no es así, a no asustarse, es un efecto del viento sobre la remera.
 Perfume de rancho de madera, ahhhhhhh...
 Stress
 Yyyyyyyyyyyyyy, vuelta al taller de Don Álvaro, esta vez con más compañía, y más activa. El problema persiste. 
 Y después de varios meses de Cyberamistad, conocimos a Guille y Aimé, dos bahienses, como Ginóbili, que están en un viaje como el nuestro. Nos conocimos, y en seguida nos dimos cuenta que eran los compañeros perfectos para organizar el cruce a Panamá. 
Todos juntos, nos fuimos hacia Palomino nuevamente. Se declaró, por voto unánime, que Clara podría ser la conductora del 678 Palominense. 
Pero por suerte para ella, no quedó sola en su enamoramiento del lugar, Tomi, embelesado también, se quedó hasta mucho después de nuestra partida, trabajando en la Sierra, ayudando a construir una casa.
 Las cámaras, llantas, o neumáticos, según el país, eran para tirarse río abajo. Esta es una competencia alternativa.
 "La goma loca". Río Palomino, dos horas de tranquila flotada por paisajes increíbles. que los chicos vayan de la mano no tiene explicación lógica alguna.
 Y si, nos despedimos de Tomi y de Palomino. Con él creimos que nos volveríamos a ver antes de cruzar a Panamá, pero no fue así. Nos ahorramos la despedida difícil, pero nos quedamos con muchas ganas de estar con nuestro amigazo. Ya lo extrañamos.
 ?
 Antes de irnos de Sudamérica (lamentablemente tuvimos que suspender Venezuela por problemas mecánicos), conocimos a otra pareja de viajeros, Luli y Ema, Creadores de duendes. Nos acompañaron en los días de trámites y nos despedimos con la promesa y sobre todo las ganas de volver a cruzar caminos.
 Proceso de creación de duendes. Después, podemos decirlo, cobran vida propia.

Bueno, eso es todo por ahora. Hoy ya estamos en Panamá, después de un difícil paso de continente. Nos fuimos de Colombia, un país tan lleno de gente linda, y de lugares espectaculares, con el plus de haber tenido la visita tan necesaria de los amigos. 
Gracias por haber venido y compartir con nosotros un tiempo de nuestro viaje. Muchas gracias Murray, Lu y Tomi, los queremos.

lunes, 5 de marzo de 2012

De Palomino para el mundo

Llegamos a Palomino sin haberlo planeado, ni siquiera habíamos oído hablar de este lugar hasta que nos encontramos con Delfi, una amiga de Joaquín de la facultad, que de casualidad estaba viajando por Colombia sola y, como toda alma que disfruta de la soledad, intentaba huir lo más rápidamente del ajetreado, ventoso y  turístico, Taganga. 
Vamos juntos a Palomino, le propusimos a quien sería, 15 días después una futura gran amiga para mí. Y hacia Palomino fuimos...y de Palomino no nos pudimos ir...
Palomino, uno de los primeros pueblos de la desértica Guajira, con la fantástica Sierra Nevada como el más maravilloso e imponente telón para un mar, que lejos de permanecer inmóvil, energiza con sus turbulentas olas de espuma blanca a quien se de un chapuzón en el.

 El encuentro de solos y solas dio como resultado un multi facetico grupo de amigos, con quienes compartimos algunos días y varias experiencias realmente inolvidables.

Hugo, Gabriel, Delfi, Barbara, David, Joaquìn y yo, solitarios en el camino, nos unimos para apalear y a la vez compartir algo de nuestras soledades. Algunas frases de estos días juntos:

-¡Hasta vivir es lindo acá! (frase polémica que dio al debate grupal, dividiéndolo en dos . Por un lado, los que NUNCA habían sentido cansancio y angustia de vivir, tildados de negadores por el grupo contrario. Por el otro, los que por momentos consideran a la vida cosa densa y angustiante, tildados de depresivos y posibles suicidas, por los otros). Los que nos conocen podrán fácilmente saber a que grupo pertenece Joaquín y a cual yo. 
-Que encuentren el suave equilibrio entre las raíces y las alas. 
-HAHSJHSKKSJSNSJSA
-Yo iba para Chile nomás...
-El cuarzo de la Sierra Nevada tiene una energía especial, me siento en otra realidad, dentro de una dimensión diferente.
-Aprendí a no tener vergüenza de mí misma, ya no le temo al ridículo.
 Listo el grupo para caminar unas horas por la Sierra Nevada hasta llegar a la primera comunidad indígena, los Kogis.
 David y Hugo siguen los pasos de los habitantes de la sierra. 

La enseñanza de los Kaggaba o Kogis 
Sierra Nevada, Santa Marta. Mucho se ha dicho de ella. “Lugar de indomitos salvajes”, paraíso terrenal, la montaña que se traga a los que suben, una eco-región, la tierra de los hermanos mayores, el corazón del mundo…

En la actualidad, viven en la Sierra cuatro etnias indígenas. Los Iku (arhuacos), los Wiwa (arzarios), los Kaggaba (kogis) y los Kankamí (atangueros). Todos ellos, comparten la misma filosofía de vida, la misma devoción a la Sierra, que por ser Madre, siente, habla y se comunica. Lo que se le haga a la naturaleza, se le hace a uno mismo…

 La Coca o aizhu 
Dos realidades, dos miradas de la hoja. Por un lado, la del consumo ilegal, la del desastre de sangre y guerras en su nombre. La triste realidad ambiental provocada por los efectos de la fumigación y sus consecuencias en la tierra, sagrada para algunos, poderosa cifra para otros…
Para los grupos indígenas que viven en la Sierra, la planta de coca es considerada “la planta del pensamiento”. Es la planta del que habla y del que sabe oír los silencios.

Hombres y mujeres se hacen adultos al recibir la planta del pensamiento y la palabra.
Alrededor de su “poporo”, pegando cal y saliva, cada hombre construye su pensamiento y las mujeres tejen su pensamiento en cada mochila…

El “poporo” es la parte femenina de cada hombre. Un hombre sin mujer no es nadie, una mujer sin hombre tampoco…porque la vida es el equilibrio entre lo masculino y femenino, lo espiritual y material, el pensamiento y la acción. 


 El joven se vuelve adulto a los 18 años, edad en que tiene su primera relación sexual. Durante varios días de ritos y acompañamiento espiritual, guiado por el Mamo (jefe espiritual), el joven limpiará de la manera más profunda su ser espiritual. Le contará al Mamo sus sueños y  pensamientos. La sabiduría Kogi cree que un hombre y una mujer, antes de concebir un hijo, deben limpiar sus pensamientos y su alma, para prevenir contagiar a ese niño de sus propias enfermedades o impurezas espirituales.
La comunidad Kogi (la única que visitamos y por algunas horas), es una comunidad pacífica, donde lo que reina es la armonía, la acción por sobre la palabra y el culto a la madre naturaleza.
 Les mintieron tantas veces, desde que irrumpieron los europeos en la Sierra, provocando el desorden del territorio, que para ellos la palabra no sirve para contraer la confianza. En el año 1871, el obispo de Santa Marta, “en nombre de Dios”, ordenó a los Capuchinos la construcción de orfelinatos para “salvar” a los niños indígenas, “huérfanos de Dios”.
De esta manera, miles de niños fueron arrancados de sus familias, puestos en estos orfanatos y obligados a trabajar duramente para esta “honorable” institución. En 1982, los Iku lograron expulsar a los Capuchinos…¡Gracias a Dios!

 Varias preguntas nos hicimos los que caminamos ese día. Al estilo Mafalda…

¿Por qué seguimos explotando la tierra a nuestro antojo?
¿Por qué nos creemos tanto cuando no somos eso que creemos ser?
¿Por qué no cultivamos más seguido los pensamientos bonitos?
¿Por qué somos capaces de hacernos tanto mal unos a otros?
¿Por qué necesitamos lo que no necesitamos?
¿Por qué tiene mejor prensa la vida que la muerte?
¿Por qué no caminamos descalzos?
¿Por qué no escuchamos más a los pueblos indígenas y menos a la iglesia católica?
¿Por qué no se protege a los más chicos?
¿Por qué no se cuida a los jóvenes en nuestra sociedad?
¿Por qué no queremos ver más allá de nuestras narices?
¿Por qué hablamos y no callamos?
¿Por qué no callamos y hacemos más?
¿Acaso el amor no se expresa en los gestos…?




 Rosa se encarga todos los días de cuidar a dos tortugas de mar, con quienes se está haciendo una investigación. 

Don Miguel, 90 años, amigo de Joaquín.

Joaquín -¿Hace cuánto que fuma Don Miguel?
Don Miguel: Desde los 7 años. En Dibulla fumaban todos desde esa edad, al macho le daba el padre y a la hembra la madre.
Fumaban todos menos dos personas, el sastre Víctor Pimienta y su mujer Rosa Pimienta, que fumaba cigarrillos Piel Roja.

Yo hice 20 hijos, me quedan 13 nomás.
¿Y no sufre cuando se mueren sus hijos?
Que voy a sufrir, si todos vamos pal mismo lugar, más tarde o más temprano…

Cuando hice al Jimmy llegué al hijo 20..
-¿Todos con la misma mujer?
¡Noo! Tuve 14 mujeres, como cree usted?
-¿14 al mismo tiempo???
¡Noo! Hombree, lo máximo que tuve al mismo tiempo fueron 3 y era suficiente, dan mucho trabajo.

-¿Va a volver a trabajar cuando se mejore ?(hace un año tuvo una caida que lo tiene con “gripa”)
¡Pues claro!
-¿Y qué va a hacer?
¡Desmontar con el machete, es lo que hice siempre!
-¿Y ahí va a encontrar una mujer nuevamente?
¡Clarooo! A la mujer pa tenerla hay que mantenerla, pa que lo atienda a uno!
-¿Y no cree que púede encontrar una que lo atienda aunque no la mantenga?
¡Pues noo! Si uno quiere mandarla tiene que mantenerla, si no no le hacen caso… 
 Palomino, rincón de la Guajira, picos de espuma y nieve en su mar. Donde los pensamientos bonitos coronan el cielo, alma Kogi titila al andar. Sol Naciente, Palomino. ¡Como cuesta dejarte ir!. Donde el amor se crea y multiplica, entre olas y lunas peregrinas. Melódica quietud la que encontró mi soledad, forastera en el camino. Sol Naciente, Palomino. ¡Como cuesta dejarte ir!. Vestigio de conciencia, estela de ilusión, una hoja en el camino, enarenada reflexión. Vacía ya sin nombre, pequeña y desnuda, quizás encuentre aquí vestirme con tu sol. Y que tu luna peregrina, de luz encandilante, me mire con ternura por no tener canción. Debe ser por eso que aquí en Palomino el sol es la modestia, luz de noche una balada. Ser grandilocuente, amplía tu coraza y ensancha tu saber, que al llegar a Palomino la dicha es no ser nada.