...de Ushuaia a Alaska, allá vamos, porque a pesar de las diferencias, todos somos iguales.

lunes, 25 de febrero de 2013

La tierra es de quien la trabaja, Chiapas

Describiendo los pasos dados hace más de tres meses, la tarea se vuele una misión de improbable éxito. Pero para lograrlo se necesita un cóctail de ingredientes: buena memoria, algo de inspiración y sobre todo, paciencia de la que sólo el amable lector de este blog puede proporcionar.
Promediaba el mes de Noviembre y la Westy giraba sus gastadas zapatillas hacia la colonial San Cristóbal de las Casas, en el estado de Chiapas.
Esta cuidad fue el epicentro de la revoución campesina de 1994 a cargo del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a la que llegó diciendo: "Disculpen las molestias, esta es una revolución".
 Por eso, al llegar uno puede percibir en sus carteles, grafitis y hasta en la vestimenta de la gente que el derecho de los indígenes, si bien pisoteado, aún no fue vencido ni mucho menos. Por todos lados se respira el orgullo de una cuidad, de un estado que no permite que se siga avasallando a sus habitantes originales. En esta cuidad es dónde el subcomandante Marcos empezó a representar a los pueblos indígenas del sur de México, como vocero del EZLN. Una lucha que aún continúa, por las repetidas traiciones de los gobernantes de turno, por todas las promesas incumplidas, la lucha tiene que ir tomando otros tintes, dejó de ser armada para ser de concientización.

"Los militares también compran bijoux"
Por las calles de "San Cris" como la llaman los amigos de la ciudad, cada momento es especial, comer un "corrido" por una modesta suma de pesos, ver a la gente pasar, disfrutar del sol...
...ver las vacas pasar, luego de haber esperado pacientemente el verde en el semáforo.


 En el centro cultural zapatista, participamos de una charla sobre el sub-comandante Marcos. Como el fin del blog no es adoctrinar y menos aburrir a los que lo leen, solo puedo sugerir leer algo acerca de él. Es una persona muy interesante y que tiene la particularidad de haber entendido (todo el EZLN) que por las armas no llegarían los resultados y por lo tanto, hizo un cambio de rumbo. Repasando un poco los líderes políticos actuales, nos dimos cuenta de que hacía mucho tiempo que no veíamos a un contemporáneo que fuera sensato y creíble. Igualmente, esta es sólo nuestra opinión, muchos acá en México tienen también sus reparos. En fin, es un personaje para investigar.
Pero si alguien quiere leer algo que haya dicho, pase al párrafo siguiente:
"A todo esto de que si Marcos es homosexual: Marcos es gay en San Francisco, negro en Sudáfrica, asiático en Europa, chicano en San Isidro, anarquista en España, palestino en Israel, indígena en las calles de San Cristóbal, chavo banda en Neza, rockero en CU, judío en Alemania, ombudsman en la Sedena, feminista en los partidos políticos, comunista en la post guerra fría, preso en Cintalapa, pacifista en Bosnia, mapuche en los Andes, maestro en la CNTE, artista sin galería ni portafolios, ama de casa un sábado por la noche en cualquier colonia de cualquier ciudad de cualquier México, guerrillero en el México de fin del siglo XX, huelguista en la CTM, reportero de nota de relleno en interiores, machista en el movimiento feminista, mujer sola en el metro a las 10 P.M., jubilado en el plantón en el Zócalo, campesino sin tierra, editor marginal, obrero desempleado, médico sin plaza, estudiante inconforme, disidente en el neoliberalismo, escritor sin libros ni lectores, y, es seguro, zapatista en el sureste mexicano. En fin, Marcos es un ser humano, cualquiera, en este mundo. Marcos es todas las minorías intoleradas, oprimidas, resistiendo, explotando, diciendo "¡Ya basta!". Todas las minorías a la hora de hablar y mayorías a la hora de callar y aguantar. Todos los intolerados buscando una palabra, su palabra, lo que devuelva la mayoría a los eternos fragmentados, nosotros. Todo lo que incomoda al poder y a las buenas conciencias, eso es Marcos." 
 

"Escuchen la voz de los viejos"
Como además de viajar con la Westy, muchas veces viene con nosotros la suerte, esta vez, llegamos a una cuidad en medio de un festival cultural. Por eso fuimos entre otras cosas a ver una obra de teatro maya, sobre mitología maya y hablada en.. maya. De más está decir que no entendimos ni una sola palabra, y a duras penas pellizcamos algún simbolismo, pero valió el intento.
Como siempre, los bomberos nos recibieron con toda la amabilidad que los caracteriza, con una sonrisa nos empujaban todas las mañanas para que la Westy arrancara. No sabemos por qué pero no tenemos fotos de ellos, que bien se las merecen.
Y una vez más, fuimos a dar con alguna fiesta patria, y con algo de vergüenza confieso, que no me acuerdo de cuál se trataba. Si bien esta foto me hace pensar que se trataba de algún aniversario de la revolución mexicana desatada por Emiliano Zapata, la confusión se apoderó de mi al ver el siguiente grupo en el desfile: dos equipos de fútbol americano, vestidos como las reglas mandan, conformado por jóvenes locales, chocando con toda su furia entre sí.
A las pruebas me remito...
Y saliendo fuimos al temido San Juan Chamula, las lenguas más alarmadas nos hablaban de riesgo de linchamiento en caso de ser visto tomando una foto. Con la cautela del advertido, llevamos nuestra cámara más pequeña para preguntar in situ.
"Seeee, saquen nomás, adentro de la iglesia no, es sagrada" Y así fue, como el mito fue derribado, SI se puede sacar fotos en San Juan Chamula.

De Chiapas fuimos hacia la costa de Oaxaca, pero en el camino quedaba el poco conocido (por los no mexicanos) Cañon del Sumidero, en Tuxtla Gutierrez, es imponente, realmente impactante, tan profundo es que ninguna foto puede demostrar toda su grandeza. Dicen los que saben, que es "mejor" que el cañon del Colorado en Arizona, pero con déficit de marketing. No sabemos si es mejor o no, pero vale la pena pegarle una espiada.
 
 Y en la costa Oaxaqueña, paramos por esas cosas de la ruta en un lugar cualquiera, que sólo por esa vez se llamaba Bahías de Huatulco, una zona de playas increíbles como nos tiene acostumbrado México pero con un estilo Miami que nos estaba expulsando en el acto. Para dormir en la camioneta, las zonas de mega hoteles y centros comerciales no es lo más cómodo. Y nos hubiéramos ido si no fuera que conocimos a Matías, un argentino que llegó hasta México en su moto y que por un tiempo estaba trabajando en un restaurant. Sabedor de lo que un viajero necesita, nos invitó a comer y nos prestó su increíble departamento con vista a la playa por un par de días. Recargamos un poco de baterías y así pudimos salir para la colonial cuidad de Oaxaca.
Cansados, como siempre después de un largo día de viaje, llegamos a los siempre archi-amables bomberos para dormir. Para los que a veces les cuesta imaginar como es un día tipo en nuestro viaje, podemos mostrar una comida cualquiera, adentro de la Westy en un dia frío.
Una de las tantas calles tranquilas de Oaxaca.
¡¡¡Incendiooooooooooooooo!!! No, sólo un simulacro, pero hasta que lo supo, nuestra fiel casa motorizada vivió aterrorizada los minutos de mayor zozobra de su larga vida.
Pero lo mejor por lejos de toda esta cuidad, fueron sus bomberos, y más que los bomberos, su cocinero, Gerardo. Estamos acostumbrados al trato inmejorable de estos héroes de las cuidades.  Siempre se ofrecen para ayudar en lo que sea y muchas veces nos invitan a comer, además de darnos algún lugar para estacionar y unas indispensables duchas. Pero esta vez se pasaron, todos y cada uno de los voluntarios de cada una de las tres guardias diarias nos ofrecían su ayuda, para lo que fuera. Nos arreglaron dos problemas de la camioneta,  nos traían comidad a cada rato. Todo esto sin contar lo que Gerardo, el cocinero hizo por nosotros. Nos invitó a comer a su casa con su madre, nos deleitó con los mejores platos oaxaqueños. Nos invitó a desayunar unos increíbles tamales caseros y de colores, el mejor chocolate orgánico de la zona y uno tenía que frenarlo para que parara de ser tan generoso. Pero no contento, al momento de despedirnos nos regaló una botella del mejor mezcal artesanal de la zona y con 18, si 18 gusanos. Obviamente estuvo presente Gerardo en todos los brindis en los que participó ese mezcal que en seguida pasó a mejor vida en los estómagos de varios amigos con sed. 
Gerardo malcriandonos como una madre, ¡GRACIAS! Una vez más quedan chicas las palabras para agradecer a alguien. Esperemos que algún día, en Argentina, podamos hacer algo, aunque sea parecido a lo que él y los bomberos hicieron por nosotros.
Tanto tiempo pasamos con ellos que la ropa de a poco se va mimetizando, y uno, claro, va tomándole el gustito a esta noble profesión.
Pero todo lo bueno termina, para darle lugar a otros tiempos de bonanza. De Oaxaca fuimos sin escalas y por otra excelente ruta libre de México hasta Puebla, nuestro último paso antes de llegar al DF.
La perdición de Clarita, las ferias de artesanos, o cualquier cosa que se pueda comprar para decorar.
Otra vez, se festejaba no sabemos bien qué, pero la cuidad era una fiesta infinita, recitales, festivales y nosotros perdidos por sus calles.
Descubriendo la función de resaltar colores de una cámara (Puede que en el futuro abunden fotos de esta calaña)
 
 Y por último, y para despedirnos hasta la próxima, la Biblioteca Palafoxiana, que a nosotros, en honor a nuestro amigo Guille nos gusta llamarla Pelafustana. El recinto bibliográfico más antiguo de todo América, desde 1646 guarda historias inmaculadamente. La cara de felicidad de Clari es porque habíamos logrado lo que habíamos creido imposible, una vez más. Sacarle fotos a la prohibida biblioteca.
Será entonces hasta que nos vean de nuevo por aquí, contando de nuestros paseos en una de las cuidades más grandes e interesantes del mundo.
¡Mucha suerte! (Con cara de Clari sacando fotos en la biblioteca pelafustana)

domingo, 10 de febrero de 2013

Excusándose de un Silencio y más

 Cuando las palabras no abundan o se corre el riesgo de escribir sin decir, qué mejor que abrazarse a las palabras de otros, esos que nos socorren a la distancia.
Desde México escribo para empezar una nueva etapa del viaje, la última quizás. Les comparto una parte de esta lindísima poesía de Sor Juana, monja y escritora mexicana del no tan lejano 1600. Ella, en este caso, habla lo que yo no pude en estos sesenta días de ausencias...
 
Excusándose de un Silencio.
Sor Juana Inés de la Cruz. México.
 
Pedirte, señora, quiero
De mi silencio perdón,
Si lo que ha sido atención,
Le hace parecer grosero.
 
Y no me podrás culpar
Si hasta aquí mi proceder,
Por ocuparse en querer
Se ha olvidado de explicar.
 
Que en mi amorosa pasión
No fue descuido ni mengua
Quitar el uso a la lengua
Por dárselo al corazón...
Ahora sí. Habiéndome ya excusado, con la ayuda de mi amiga Juana, paso a contarles el resto de nuestras aventuras. ¡Chinga tu madre, güey!. ¡Estamos en México, cabrón!. No. Nosotros tampoco podemos creerlo. ¡Haber llegado a ME-XI-CO!. Nuestro último beso lationamericano, la frutilla del postre, la estrella del árbol navideño, la tierra que corona lo mágico de un recorrido inolvidable. México. De mitos, tradiciones y fiestas. El México del Chavo, de Frida, de Diego, Siqueiros, Zapata, Pancho Villa y otros grandes. El México del sub-comandante, de los ricos, de los pobres. Del nuevo presidente, Peña Ñieto, galán de culebrón, pero de veritas. Todo eso, de a poco, se lo contaremos.
Pero antes, algo de amistades nuevas. En este caso, Diani y Guille, una pareja de Rafaela que conocimos al poco tiempo de entrar. Él, un abogado deseoso de sacarse el traje, desajustarse la corbata y lanzar por un rato la Constitución por los aires. Ella, un corazón que dibuja. A continuación, les presento a Diani, una amiga, un talento que emociona y ni ella lo sabe...
 Sueño de dolor y niñez,
Trenzas infinitas de sonrisas doradas.
Ella no lo sabe, pero su melodía de color
le pinta lágrimas a la alegría.
 
Luz que derrama el fuego de un abrazo maternal,
Oculto en la hojas y los ríos.
Será que sus lápices tienen alas,
Y en la palma de la mano, su corazón vivo.
 
Flor que ríe y llora
Con la fragilidad de un océano curioso.
Y en la tierra de sus ojos,
Su alma canta los colores de la vida.
 
Yo, mi sombra y ella.
La troup de la casa azul (si, es amarilla, pero se llamaba la casa azul). Todos juntos vivimos durante un mes en Playa del Carmen. Pero permítanme que les presente a Fede, otro gran amigo argentino. ¿Su diagnóstico?: Otro caso más del empresario arrepentino. Ex empleado de recursos humanos que reemplazó los números por la brocha, la silla móvil por la pintura y volando en la paloma, salió a recorrer América, ganándose la vida como muralista.
¿El resultado?. Miles de paredes impregnadas de su alma colorida. Fede, un tipo puro, honesto e inolvidable.
 Y un día como cualquier otro, de repente y para nuestra dicha, llegaron de sorpresa Ale y Bebi, nuestros amigos de La Plata, a quienes habíamos conocido en Costa Rica.
Con ellos habíamos logrado, desde esos primeros días, lo que se llama química o el clásico entendimiento molecular inconciente.
Llegaron con Fidel y un brasilero apodado Sampa (por San Pablo).
De vez en cuando es necesario un poco de vida grupal, que el caracter se escabulla y descanse en la devenida personalidad de la masa. Es una buena tarea, el que se unan la harina, la leche y los huevos para volverse pan caliente. Solo hay que saber encontrar el equilibrio para no terminar siendo panadería de por vida.
¡A nuestros nuevos amigos...solo decirles que los extrañamos!. 
 De izq a der: Chile, Bebi, Eskeletor, Fidel y Sanpa.

Nuestra rutina en Playa del Carmen era bastante interesante. A la mañana, íbamos a la playa por algunas horas. Lectura, mar y solcito abrazador. Al mediodía Joaquín entraba a trabajar como mozo/mesero en un restaurant tailandés (no tenemos fotos para atestiguarlo) hasta las 12 de la noche. Mientras tanto, yo me alistaba para ser Hostess/Recepcionista/Jaladora en una parrilla uruguaya. La tarea, simple a primera vista, tenía como misión entrar la mayor cantidad de gente a la parrilla. Para lograrlo debía gritar insistentemente algunas de estas frases: ¡La mejor carne uruguaya! ¡Excelente calidad de comida! ¡Great quality!.
A la medianoche nos reuníamos en la casa azul junto al resto de la troup para compartir, entre risas y bostezos, algunas anécdotas de nuestros días.
Junto a mis compañeros de trabajo de Cantegrill.
Recomendado: el bife de chorizo.
 Los Rodolfos. Rodolfo el papá y Rodolfo el hijo. Cantores de la Avenida Cinco.
-Cuando le pregunté a Rodolfo el papá sobre la música...
"Dios me ha dado una voz para cantar y aquí estoy viviendo del canto. Hace dos años que me dedico también al baile, tengo movimiento, se bailar. Todos los ritmos se bailar. Siento la música en el cuerpo...bailo todo. Tango, rock and roll, todo..la música es una terapia muy buena para el ser humano, lo recomiendo a todos, hombres, mujeres. Desde los 8 años que trabajo, tuve una vida difícil, toda mi vida fue trabajar, trabajar, trabajar. Cumplir, cumplir, cumplir. Ahora, esta última etapa de mi vida, es disfrutar. Cantar, cantar y cantar. A pesar de ser una persona de tercera edad, tengo sueños, anhelos. Quiero llegar a ser alguien en el mundo de la música y el canto. Lo estoy logrando...tengo buen timbre de voz, canto opera, tropical, Cantinflas...
-¿Hay competencia con los demás músicos en la Avenida Cinco?
"Yo me he distanciado un poco de ellos...tengo un liderazgo en la avenida. Estoy dejando atrás a todos los demás grupos. Estoy logrando ser "La Sensación de la Quinta"..."  
¡Adiós Playa del Carmen!. La Westy y la Amarilla, amigas desde siempre.
Día de los muertos, 2 de noviembre. Locales festejan en el cementerio. Atrás, Fede y Joaquín comparten con ellos el momento. Se baila y canta, entre altares adornados, a los muertos de la familia. La gente cree que ese día, los difuntos regresan. Para honrarlos, depositan la comida y objetos preferidos de sus muertos.

"El solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Todo es ocasión para reunirse. Somos un puebo ritual. En pocos lugares del mundo se puede vivir un espectáculo parecido al de las grandes fiestas religiosas de México, con sus colores violentos, agrios y puros, sus danzas, ceremonias, fuegos de artificio, trajes insólitos...Nuestro calendario está poblado de fiestas." (Octavio Paz)
 
 "Para el habitante de Nueva York o Londres (y yo agregaría y Clara), la muerte es la palabra que jamás se pronuncia porque quema los labios. El mexicano, en cambio, la frecuenta, la burla, la acaricia, duerme con ella, la festeja. En su actitud hay quizás tanto miedo como en los otros; más al menos no se esconde ni la esconde, la contempla cara a cara con impaciencia, desdén o ironía..." (Octavio Paz sobre el Día de los Muertos).


Ruinas de Tulum.

 Hombre mirando al sudoeste o mi marido le da mil vueltas a Peña Ñieto.
Ruinas de Cobá.


Está bien, sacrifico mi ego y muestro la realidad de lo que significa subir una ruina. Bajarla.
Se puede intentar de muchas maneras el cometido. Manos, piernas, gluteos, todo está permitido con tal de no hacer papelones y morir en el intento. Lo que no se puede explicar es el porqué de los gestos y articulaciones faciales de todos los que dependíamos de la soga.
 
Los cenotes son pozos, muchas veces subterráneos, de agua dulce. Se encuentran, en gran parte, a lo largo de la Península de Yucatán. Los mayas los consideraban sagrados porque a falta de ríos, esta era la única fuente de agua potable que tenían.
La sensación de estar bajo tierra, sumergidos en una enorme pileta de agua cristalina, danza entre la claustrofobia (no para Joaquín, sí para mí) a la maravilla. 
 
 Futuro cuadro de híper glucemia en Estados Unidos por exceso de azucar, baja de presión en Argentina por pasarse de mate, tirada del cuerito en Colombia por exceso de arepas, enfrigolado en Guatemala y...¡enchilado en México por exceso de picante!.

Por las callecitas de Campeche...

Las ruinas de Palenque, otrora gran capital maya. Declaro que la falta de fotos y demás datos de ruinas se debe al simple hecho de sentirme algo empalagada. Si alguno está interesado en saber detalles específicos del tema, por favor comunicarse con Joaquín, el "Rey de los Detalles" al: info@estoyenruinas.com o al 0800-RUINAS 

No encontrábamos un lugar para dormir en Palenque hasta que frenamos espontáneamente en el rancho de Consuelo y su familia. Ella nos ofreció mandarinas y nosotros el ya clásico mate.
La 38, 187 y la 36 son vacas de temer. No miento. Mosquitas muertas parecen pero no son más que un trío de estrategas sin escrúpulos. Se los cuento por si algún día van al rancho de Consuelo y las ven...quizá lo mejor es no mirarlas, directamente ignorarlas.

 
¡Y con estas últimas líneas me despido, prometiendo a los lectores entradas avanzadas!
De Sor Juana,
"Lo que no cabe en las voces queda más decente en el silencio"
 
En la próxima, San Cristobal de las Casas y Oaxaca, según la mirada de Joaquín.
¡Muchos abrazos desde la distancia!