Salimos de Puerto Deseado con destino a otro puerto que prometía un poco menos pero fuimos dispuestos a la sorpresa. Este se llama San Julián y según la única referencia que teníamos era un pueblo tranquilo y sin muchas gracias. Antes de entrar hicimos un pit stop en nuestra pseudo casa que es YPF, para nosotros los viajeros neófitos, los secretos de estas estaciones fueron muchos, el principal, que tienen cuartos de baño con duchas y todo. Como se imaginarán, bañarnos no es moneda corriente para nosotros, aprovechamos, hicimos lo propio y seguimos hacia el pueblo. Esta villa costera , como pasa siempre en este viaje, nos sorprendió, tiene una prolijidad ejemplar, todas las calles bien limpias e iluminadas, las casas pintadas, una avenida anchísima que desde la ruta hasta la costa nos hacía dejar halagos por ahí. Probamos de dormir al lado de un barco de la época de la conquista, pero por raro decidimos probar otro lugar. En el derrotero de calles que dejábamos atrás, pasamos por un hotel lujoso y le pregunté a Clari: “Fijate si te gusta el hotel Dos Bahías para dormir”, claro, sólo en el contexto puede tener sentido la frase, lo que yo le preguntaba era si le gustaba el estacionamiento de dicho hotel. Ante la respuesta negativa, nos vimos forzados a repetir fórmula nuevamente, fuimos a los bomberos voluntarios julianenses (O como sea el gerundio) y nos dejaron dormir en la vereda. Tanta era la diferencia con nuestra experiencia anterior que nos llamó la atención. La explicación la tuvimos al otro día: Santa Cruz es la única provincia que paga a sus bomberos, por eso no eran tan voluntariosos.
El parque Nacional Monte León nos esperaba unos kilómetros más al Sur, yo había visto muchas fotos y era un lugar que esperaba con mucha ansiedad, no hicimos más que atravesar la tranquera que ya estábamos felices de estar ahí, guanacos que salían por todos lados, choiques (Ñandues pero más pequeños) atrás de cada arbusto, y yo con mi ganas de ser protagonista de un documental de National Geographic, solo quería bajar a sacarles fotos.
Al día siguiente caminamos como si no hubiera un mañana, ansiosos por conocer más este lugar distinto a todo lo sabido por el hombre, teníamos que aprovechar la bajamar para andar lo más que pudiéramos por el fondo marino que descubría el océano por unas pocas horas solamente. Advertidos por la gente del lugar de que no nos confiáramos porque el agua podía volver sin aviso y quedarnos atrapados sin posibilidad de volver. El mar acentuaba la advertencia solo con su presencia, por eso tuvimos que andar rápido para rodear una isla caminando, cosa rara, para meternos al mar profundo pero caminando, o para hacer una amistad con un pingüino perdido que quería que el mar volviera y mientras tanto no sabía qué hacer.
que fotossssss!!!!grandiosos paisajes e historias!
ResponderEliminarLos quiero!
Para la próxima vez que quieran buscar bomberos (y en lo posible, macanudos...), estuve mirando el GPS y sí lo pueden buscar. Pongan Destino, después, Puntos de Interés, Servicios Públicos y ahí aparece Parque de Bomberos.
ResponderEliminarY QUEEEEE BUENAS FOTOS!!!
Besos!
Hola chicos! Una alegria inmensa haberlos conocido. En breve estaremos publicando la foto del gran encuentro. Estamos en el Calafate ahora,cuidense mucho! Hasta muy prontito
ResponderEliminarSer y Ani
Más que perdonar la insistencia en atardeceres, los agradezco, son increíbles!! junten los atardeceres de América. La foto de la luna, una maravilla y todo lo demás un placer!!!Todo el tiempo pienso, Quincus en los millones de veces que mirando las National Geografhic, me decías: "cuando sea grande yo quiero hacer ésto" qué bueno que Clari te acompañe, me alegro tanto!! Los quiero mucho
ResponderEliminarThe boat in San Julian is always so beautiful!!!
ResponderEliminarlol!!!
que lindos lugaressssssssssss!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarQue lindas fotos!!!!
ResponderEliminarJoaqui, la que le sacaste a Clari con la Westy atrás es impecableeeeeeee!!!!! Claire, saliste DIVINA!
Besos!!!!!!!!!!
Meli.-