Hoy me toca volver sobre las fotos para ayudar a mi precaria memoria a reconstruir los hechos. Si bien el tiempo suele sobrarnos, y más en esta etapa en la que tenemos que llenarlo de espera, a veces es la falta de inspiración la que atenta contra el exacto registro de nuestras andanzas.
Salimos de Cachi y teníamos que hacer trámites, si trámites, en Salta. Los tres días que necesitamos para darnos la vacuna de fiebre amarilla, ir al banco y conseguir pastillas para combatir la malaria y algún que otro pormenor fueron la excusa perfecta para disfrutar de "La Linda". Y como si fuera poco, nos encontramos en la calle, por pura "casualidad" con Roman, el Suizo con el que habíamos hecho migas en el Sur y nos habíamos encontrado también en Mendoza. Esta vez estaba con un paisano de él y no dimos mucha vuelta para salir de copas con ellos.
El tema es que nosotros no dormíamos en un lugar del todo convencional, la larga mano de Ramiro, tío de Clari y prácticamente mío, nos acomodó en el convento de los franciscanos. Por esta misma razón, la vuelta de la juerga fue un tanto extraña para mi parecer embebido, el reloj daba las 5, la cerradura de la puerta eclesial se veía triple y el silencio de misa, nunca mejor dicho, metía miedo. Creemos igual que Dios, de encontrarse ahí, no se debe haber molestado. No podemos decir lo mismo de Ramiro, que probablemente al leer estas líneas se espante por el sacrilegio.
Dormir en un Monumento Histórico Nacional, de un par de siglos de antigüedad es una linda experiencia, esta iglesia es visita obligada para cualquiera que pase por la provincia del caudillo Güemes. Gracias Ramiro!
Nuestro derrotero norteño, y la espera de la última visita en Argentina nos llevaron a Humahuaca.
En el mismo pueblo dormimos, obviamente, en nuestro segundo hogar gasolinero. Esta vez hubo una diferencia, el playero David, nos dio más calor de hogar convidándonos facturas, jugo y ofreciéndose para todo lo que podía. El acercamiento no fue provocado por el cartel de América que lleva nuestra camioneta, se dio porque me fui a encontrar al único hincha de Belgrano de Córdoba de todo el Norte argentino en esa bendita YPF. Igualmente, después de las cargadas pertinentes al ver la camiseta de River colgando de la Westy, David nos contó su increíble historia y pudimos disfrutar de la vida que había debajo de la gorra de un playero que andaba por ahí.
De ahí fuimos para Iruya, pueblito alejado y pintoresco si los hay que además tiene la particularidad de ser habitado por asnos y perros con una tremenda habilidad para construir calles adoquinadas, todos los humanos que se ven merodeando son turistas comunes y silvestres.
El burro que maneja este colectivo la tiene clarísima, ningún hombre ni mujer podría transitar esas ínfimas callejuelas con tanto tino.
La Westy completando el imponente paisaje.
Un día decidimos con Clari que era necesario separarnos un poco, 120 días conviviendo en 4 metros cuadrados no es fácil para nadie. Entonces yo me fui a San Isidro, un pueblo a 2 horas al que sólo se puede llegar a pie y en el que la energía eléctrica llegó recién hace pocos años. Supongo que este aislamiento difícil de entender para los seres urbanos como yo, es el que hace que los niños se sigan divirtiendo con juegos tan simples como hacer zancadillas. Los vi caminar unos 100 metros y no pararon de reírse en ningún momento.
Zancadilla consumada.
Los Asnos juegan con humanos de peluche.
La soledad de mi caminata.
La vista desde el lomo de un cóndor de Iruya es impactante, la Westy nos esperó durante toda la estadía en la "plaza", las calles son tan angostas y empinadas que lo mejor es dejar el auto ahí y después caminar.
No importa que nos tengamos que separar forzadamente, sigue siendo la más linda de Iruya, y de todos lados a donde vamos.
Una hora y media de empinada caminata a más de 3000 metros de altura, todo vale la pena cuando éstas imágenes llegan a la retina.
Si, para el memorioso lector de nuestro viaje, el del medio es Roman, el Suizo que encontramos en el Sur, en Mendoza, en Salta y ahora en Iruya. Caminé con él y Simon hasta el mirador de los cóndores y vimos muchos gigantes volando alrededor nuestro, tan cerca que escuchamos el zumbido pasando por abajo de sus alas, recomendable..
Al día siguiente yo me iba a caminar por los cerros con los dos suizos y dos burros con carga y conocimos a dos argentinos, David y Seba. Ellos viajaban sin itinerario fijo y decidieron prenderse. Decisión que me granjearía dos nuevos amigos del camino.
David y un musculoso amigo.
Todo el mundo debería ver y escuchar cóndores volando alguna vez en la vida.
Insisto.
La caravana pasando un precipicio.
Exhaustos , llegamos los tres argentinos hasta Pueblo Viejo, un pueblo de 3 habitantes. Con nuestra llegada conformamos el 50 % de la población, llamamos a elecciones y el sufragio nos favoreció por 4 votos contra 2 y decretamos que cocinaría Adela. Por suerte es un sitio muy democrático y lo hizo de inmejorable humor.
Sospechamos que Luisito, el que está a la diestra de Seba es el que votó a favor nuestro. La pasamos muy bien esa noche, tomamos varios Michel Torino y nos dimos una idea cabal de lo que es la vida a 15 hs de camino del lugar con electricidad y autos más cercano.
Leonardo, el jefe de Pueblo Viejo hasta nuestra llegada nos contó su manera de vivir entre montañas.
El cuarto que nos asignaron era perfecto, con cómodas camas, pero los placards colgaban del techo sin razón lógica alguna. Seba, que es más bien petiso tenía que encorvarse para pasar debajo de ellos.
Así llegamos al día siguiente, extenuados por completo, con calor, hambre y resaca, peeeero... Sarna con gusto no pica.
De vuelta de Iruya, nos encontramos es Humahuaca con la familia de la prima de Clari que estaban paseando por la zona, comimos con ellos y pasamos un lindo día en familia, con una linda familia. Lamentablemente, Magui no apareció en las fotos, pero por lo menos apareció Alejo su marido y su prole: Mateo, Clarita, Tomy y Paz.
Camino a la Quiaca nos agarró una auténtica tormenta de arena.
Llegamos a la Quiaca, el extremo Norte de nuestro país, habíamos completado nuestra primer etapa de punta a punta, fue muy emocionante por lo que simboliza esta ciudad. A pesar de eso, puedo decir que es uno de los lugares menos lindos e inhóspitos que vimos desde que salimos, sucia, ventosa, agujereada, vacía, rota. En fin, nos sentimos expulsados y hacia Bolivia fuimos, cruzamos un puente y estábamos en Villazón, no podíamos creer haber pasado la frontera y tener que volver. Queríamos seguir sintiendo el país nuevo, seguir para el norte, pero nos esperaba una nueva visita, una linda visita.
Soy Arturo, padre de Nicanor, los conocí anoche en la casa de mis viejos en un muy agradable asadito. Hoy sábado estuve leyendo su blog, la verdad es que al leerlo es como subirse a la Westy y estar con ustedes. Los felicito por su aventura y les deseo lo mejor.
ResponderEliminarChicos!! ya se fueron.... es fuerte!!es absurda la creencia de que porque pasaron un límite ya están más lejos..pero me impresiona igual!!! un placer como siempre los relatos y las fotos. Me encanta Quin, la foto en la que alzás a Clari, la más linda de todas las mujeres, para empezar un nuevo camino. Qué amooorrr la Westy ( o qué amor por la Westy) en el paisaje imponente!! y como mi tendencia me lleva a comentar cada foto y es un opio, les sigo escribiendo por mail. Qué lindo volar sobre el lomo de un cóndor!!!! jajajajaaa me tenté!!! Abrazo gigaaanteeeeee
ResponderEliminarvi la camioneta, anote la direccion y aqui me tienen, estan divinas las fotos, por donde sigue el viaje??...que cosa mas buena!
ResponderEliminarcuaquier cosa que necesiten ayuda lo que sea, avisen, mi dire es cotimulqui@hotmail.com, soy d e jujuy, estoy aca ahora pero vivo en cordoba. besos chicos!
Holaaa, como se los extraña!!! Tienen que escribir más seguido!!! 2 posts en todo Julio es muy poco!!!!
ResponderEliminarBesos a los dos!! Los quiero! Vale
Sobrino nunca me voy a escandalizar por que llegues a las 5 y con unos tintos encima, solo lo haria si te encontras a un fraile entrando con vos, jejejeje.espero que los hayan tratado bien, lastima que no pasaron por Pichanal estaban a 3 cuadras de Cristian...Disfruten el viaje, abrazos
ResponderEliminarClari, Joaquin, Westy.
ResponderEliminarYa que es la única manera de saludarlos y ver como están, felizmente me obliga a leerlos, particularmente es una asignatura pendiente a realizar en algún momento como lo están haciendo y se que algún día lo haré.
Esa caminata que nos mandamos los 3, con los suizos, los burros, el pan, los tintos, sentir esa libertad, era lo que estaba buscando, mejor acompañado en ese momento, imposible.
Nuestro viaje continuo, y nos llevamos una imagen tan linda de ustedes, recuerdan aquel colectivo que nos tomamos esa noche?, OK, venia de la frontera con Bolivia, no creo que tenga que decir nada mas, solo que hubiera preferido dormir con Luisito! jaja
Che Joaquiiiin, el mundo es un pañuelo y cada día lo puedo afirmar mas y mas, allá con Jessimy (la compañera norteamericana del hostel en Iruya que teníamos una amiga en común, increeeeeeible), y acá, hace unos días en el laburo, mostrando fotos del viaje a un compañero, me dice “ese es Joaquin Zaldivar??” (Francisco Alvarado) lo mire y le dije, definitivamente es un pañuelo!!!
Chicos excelente las fotos, los lugares, el blog, la historia que están creando, donde quieran que estén, les deseo lo mejor, y como les dijimos con el “SUN", haremos todo lo posible por interceptarlos en el viaje cuando anden por Centro América y sépanlo, son 2 GENIOS!!!!!!!
Les mando un fuerte abrazo, en esos 2 días basto para darse cuenta la calidad de personas que son, disfruten de esto que es iiiiiimpagable!
Pd: tengo un Michel Torino y me falta alguien para tomarlo, Joaco te digo a vos porque hay un putito que no se anima….tenes idea quien será? Jajaja
David, qué lindo leer tus palabras, mandale saludos a Paco Alvarado y decile a Sebas que cuando nos crucemos en algún lugar del Caribe (Es un hecho) se traiga vinos de más de $100 para que su fino paladar lo pueda pasar, nosotros podemos alternar con el Michel Torino.
ResponderEliminarArturo, el asado en lo de tus viejos fue una despedida óptima de Argentina, saludos por allá.
Vale, Clari ya tiene una catarata de entradas listas para que no vuelva a ocurrir esta escases.
Y ya que estamos les mandamos besos a mi madre, a Ramiro y a Anónimo que no llegamos a conocer pero seguro que es un copado/a.