Llegamos a Palomino sin haberlo planeado, ni siquiera habíamos oído hablar de este lugar hasta que nos encontramos con Delfi, una amiga de Joaquín de la facultad, que de casualidad estaba viajando por Colombia sola y, como toda alma que disfruta de la soledad, intentaba huir lo más rápidamente del ajetreado, ventoso y turístico, Taganga.
Vamos juntos a Palomino, le propusimos a quien sería, 15 días después una futura gran amiga para mí. Y hacia Palomino fuimos...y de Palomino no nos pudimos ir...
Palomino, uno de los primeros pueblos de la desértica Guajira, con la fantástica Sierra Nevada como el más maravilloso e imponente telón para un mar, que lejos de permanecer inmóvil, energiza con sus turbulentas olas de espuma blanca a quien se de un chapuzón en el.
El encuentro de solos y solas dio como resultado un multi facetico grupo de amigos, con quienes compartimos algunos días y varias experiencias realmente inolvidables.
Hugo, Gabriel, Delfi, Barbara, David, Joaquìn y yo, solitarios en el camino, nos unimos para apalear y a la vez compartir algo de nuestras soledades. Algunas frases de estos días juntos:
-¡Hasta vivir es lindo acá! (frase polémica que dio al debate grupal, dividiéndolo en dos . Por un lado, los que NUNCA habían sentido cansancio y angustia de vivir, tildados de negadores por el grupo contrario. Por el otro, los que por momentos consideran a la vida cosa densa y angustiante, tildados de depresivos y posibles suicidas, por los otros). Los que nos conocen podrán fácilmente saber a que grupo pertenece Joaquín y a cual yo.
-Que encuentren el suave equilibrio entre las raíces y las alas.
-HAHSJHSKKSJSNSJSA
-Yo iba para Chile nomás...
-El cuarzo de la Sierra Nevada tiene una energía especial, me siento en otra realidad, dentro de una dimensión diferente.
-Aprendí a no tener vergüenza de mí misma, ya no le temo al ridículo.
Listo el grupo para caminar unas horas por la Sierra Nevada hasta llegar a la primera comunidad indígena, los Kogis.
David y Hugo siguen los pasos de los habitantes de la sierra.
La enseñanza de los Kaggaba o Kogis
Sierra Nevada, Santa Marta. Mucho se ha dicho
de ella. “Lugar de indomitos salvajes”, paraíso terrenal, la montaña que se
traga a los que suben, una eco-región, la tierra de los hermanos mayores, el
corazón del mundo…
En la actualidad, viven en la Sierra cuatro
etnias indígenas. Los Iku (arhuacos), los Wiwa (arzarios), los Kaggaba (kogis)
y los Kankamí (atangueros). Todos ellos, comparten la misma filosofía de vida,
la misma devoción a la Sierra, que por ser Madre, siente, habla y se comunica.
Lo que se le haga a la naturaleza, se le hace a uno mismo…
La Coca o aizhu
Dos realidades, dos miradas de la hoja. Por un
lado, la del consumo ilegal, la del desastre de sangre y guerras en su nombre.
La triste realidad ambiental provocada por los efectos de la fumigación y sus
consecuencias en la tierra, sagrada para algunos, poderosa cifra para otros…
Para los grupos indígenas que viven en la
Sierra, la planta de coca es considerada “la planta del pensamiento”. Es la
planta del que habla y del que sabe oír los silencios.
Hombres y mujeres se hacen adultos al recibir
la planta del pensamiento y la palabra.
Alrededor de su “poporo”, pegando cal y saliva,
cada hombre construye su pensamiento y las mujeres tejen su pensamiento en cada
mochila…
El “poporo” es la parte femenina de cada
hombre. Un hombre sin mujer no es nadie, una mujer sin hombre tampoco…porque la
vida es el equilibrio entre lo masculino y femenino, lo espiritual y material,
el pensamiento y la acción.
El joven se vuelve adulto a los 18 años, edad
en que tiene su primera relación sexual. Durante varios días de ritos y
acompañamiento espiritual, guiado por el Mamo (jefe espiritual), el joven
limpiará de la manera más profunda su ser espiritual. Le contará al Mamo sus
sueños y pensamientos. La sabiduría Kogi
cree que un hombre y una mujer, antes de concebir un hijo, deben limpiar sus
pensamientos y su alma, para prevenir contagiar a ese niño de sus propias enfermedades
o impurezas espirituales.
La comunidad Kogi (la única que visitamos y
por algunas horas), es una comunidad pacífica, donde lo que reina es la
armonía, la acción por sobre la palabra y el culto a la madre naturaleza.
Les mintieron tantas veces, desde que
irrumpieron los europeos en la Sierra, provocando el desorden del territorio,
que para ellos la palabra no sirve para contraer la confianza. En el año 1871,
el obispo de Santa Marta, “en nombre de Dios”, ordenó a los Capuchinos la
construcción de orfelinatos para “salvar” a los niños indígenas, “huérfanos de
Dios”.
De esta manera, miles de niños fueron
arrancados de sus familias, puestos en estos orfanatos y obligados a trabajar
duramente para esta “honorable” institución. En 1982, los Iku lograron expulsar
a los Capuchinos…¡Gracias a Dios!
Varias preguntas nos hicimos los que caminamos
ese día. Al estilo Mafalda…
¿Por qué seguimos explotando la tierra a
nuestro antojo?
¿Por qué nos creemos tanto cuando no somos eso
que creemos ser?
¿Por qué no cultivamos más seguido los
pensamientos bonitos?
¿Por qué somos capaces de hacernos tanto mal
unos a otros?
¿Por qué necesitamos lo que no necesitamos?
¿Por qué tiene mejor prensa la vida que la
muerte?
¿Por qué no caminamos descalzos?
¿Por qué no escuchamos más a los pueblos
indígenas y menos a la iglesia católica?
¿Por qué no se protege a los más chicos?
¿Por qué no se cuida a los jóvenes en nuestra
sociedad?
¿Por qué no queremos ver más allá de nuestras
narices?
¿Por qué hablamos y no callamos?
¿Por qué no callamos y hacemos más?
¿Acaso el amor no se expresa en los gestos…?
Rosa se encarga todos los días de cuidar a dos tortugas de mar, con quienes se está haciendo una investigación.
Don Miguel, 90 años, amigo de Joaquín.
Joaquín -¿Hace cuánto que fuma Don Miguel?
Don Miguel: Desde los 7 años. En Dibulla fumaban todos desde
esa edad, al macho le daba el padre y a la hembra la madre.
Fumaban todos menos dos personas, el sastre Víctor Pimienta y su mujer Rosa Pimienta, que fumaba cigarrillos Piel Roja.
Fumaban todos menos dos personas, el sastre Víctor Pimienta y su mujer Rosa Pimienta, que fumaba cigarrillos Piel Roja.
Yo hice 20 hijos, me quedan 13 nomás.
¿Y no sufre cuando se mueren sus hijos?
¿Y no sufre cuando se mueren sus hijos?
Que voy a sufrir, si todos vamos pal mismo
lugar, más tarde o más temprano…
Cuando hice al Jimmy llegué al hijo 20..
-¿Todos con la misma mujer?
-¿Todos con la misma mujer?
¡Noo! Tuve 14 mujeres, como cree usted?
-¿14 al mismo tiempo???
¡Noo! Hombree, lo máximo que tuve al mismo
tiempo fueron 3 y era suficiente, dan mucho trabajo.
-¿Va a volver a trabajar cuando se mejore ?(hace
un año tuvo una caida que lo tiene con “gripa”)
¡Pues claro!
-¿Y qué va a hacer?
¡Desmontar con el machete, es lo que hice siempre!
-¿Y ahí va a encontrar una mujer nuevamente?
¡Clarooo! A la mujer pa tenerla hay que mantenerla, pa que lo atienda a uno!
-¿Y no cree que púede encontrar una que lo atienda aunque no la mantenga?
¡Desmontar con el machete, es lo que hice siempre!
-¿Y ahí va a encontrar una mujer nuevamente?
¡Clarooo! A la mujer pa tenerla hay que mantenerla, pa que lo atienda a uno!
-¿Y no cree que púede encontrar una que lo atienda aunque no la mantenga?
¡Pues noo! Si uno quiere mandarla tiene que
mantenerla, si no no le hacen caso…
Palomino, rincón de la Guajira, picos de espuma
y nieve en su mar. Donde los pensamientos bonitos coronan el cielo, alma Kogi
titila al andar. Sol Naciente, Palomino. ¡Como cuesta dejarte ir!. Donde el
amor se crea y multiplica, entre olas y lunas peregrinas. Melódica quietud la
que encontró mi soledad, forastera en el camino. Sol Naciente, Palomino. ¡Como
cuesta dejarte ir!. Vestigio de conciencia, estela de ilusión, una hoja en el
camino, enarenada reflexión. Vacía ya sin nombre, pequeña y desnuda, quizás
encuentre aquí vestirme con tu sol. Y que tu luna peregrina, de luz
encandilante, me mire con ternura por no tener canción. Debe ser por eso que
aquí en Palomino el sol es la modestia, luz de noche una balada. Ser
grandilocuente, amplía tu coraza y ensancha tu saber, que al llegar a Palomino
la dicha es no ser nada.
Feliz año de viaje!!! Pensé que iba a encontrar alguna entrada "alusiva", todavía están a tiempo!
ResponderEliminarComo siempre, muy bueno todo. me mató el diálogo de Joaquín y Don Miguel...
Besos
Toto
listo ya está vuelvan...
ResponderEliminarAyyy es increible, volvi por un ratito y respiro ese mar!!! que lindo!!!!!!! que al llegar a Palomino, la dicha es no ser nada, coincido plenamente! sahfkjSHDJFHSKJDHFJSDHHHHHHHHHUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU
ResponderEliminargracias!
delfi
Que lindo encontrar gente que aprecie la cultura indígena Colombiana y que se deleiten con los parajes que ofrece nuestra costa. No conocía Palomino y este fin de semana al ir, encontré para mi sorpresa un par de vehículos muy particulares que me llamaron la atención sobretodo por la nacionalidad de las placas y es lo que hoy me trajo a este blog. Mucha suerte en el recorrido y disfruten mucho de nuestro país, que acoge con su calor humano a todo aquel que se atreva a vivir el riesgo de quererse quedar.
ResponderEliminarSon grosos malllll
ResponderEliminarLos quierooooooo!!!!!!!!!
Siempre me tienta decir, estas son las mejores fotos del blog, pero no me decido porque son todas tremendas.
ResponderEliminarInsisto con mi pensamiento capitalista, como se va a vender el libro de este viaje!!!
Sorry, la ultima, que buenas lineas las ultimassss
ResponderEliminarjaja qué frase "Si uno quiere mandarla tiene que mantenerla, si no no le hacen caso… " me rei fuerte.,,, JOaqui estan icnreibles las fotos. un idolo.
ResponderEliminarAmiguita te extraño,te quiero, estas lindaaaaa!
espero que podamos skypear, estamos desencontradas.
Ani