Para leer este capítulo, es conveniente dejar a un lado los libros de auto ayuda o aquellos que tengan títulos sobre…”Como ser exitoso”, “Como hacerse millonario” o “Como ser un buen padre”, que tan a la moda están y hasta logran sacarle sus manguitos a gente desesperada por lograr lo que sus títulos proponen.
Digo que es mejor deshacerse de ellos para leer esta historia, que para Joaquín y para mí fue la más linda y movilizante desde que salimos de Buenos Aires, porque la misma tiene todos los ingrendientes contrarios a lo que proponen los comerciales “Best Sellers”. Lugar de los hechos: Ushuaia. Testigos presenciales de la más increíble familia: Pitu, Matuca, Valeria, Joaquín y yo. Consecuencias del encuentro: Largas charlas con Joaquín y nuestros amigos del valle sobre Juan y Sandra; alguna lágrima y…¡muchas preguntas!.
Así fue como conocimos a Sandra, Juan y sus hijos, quienes, sin saberlo y con la humildad que los caracteriza, nos dieron una lindísima muestra sobre como ser familia y pareja. Juan Pablo amasó unos riquísimos sorrentinos, con un relleno casero y una salsa tan deliciosa como la pasta. A la mesa, vino, moscato y panes de agua. La casa es simple, cálida y para nada pretenciosa. Llenos de luz y alegría, Lehuel (nombre de origen mapuche “el único”), Auca (“revelde”) y Elunei (“regalo de la vida”) escuchan y miran con ojos amorosos a sus padres, quienes les devuelven con gestos todo el amor que sienten por ellos. Es que para estos padres sus hijos son realmente lo más importante del mundo. Todo, absolutamente todo, es por y para ellos. Padres despojados de narcisismo, egoísmo y materialismo. Familia que bordea el sistema pero no se deja convencer por sus mecanismos de seducción. Padre que trabaja a sol y sombra pero eligiendo hacerlo dentro del terreno que tienen en su casa, para poder disfrutar de sus hijos. Sandra, una guerrera de corazón. Sus hijos, desde ya niños, están acostumbrados a hablar, hacerse oír y tener un espacio esencial dentro del hogar. Juan y Sandra no ocultan a sus hijos absolutamente nada. Todos los temas se hablan abiertamente, frente a ellos. No existen temas tabú o inapropiados, siempre que se encaren con respeto. Padres que han sabido crear un lenguaje propio, sin imitar o seguir los dados. Locos para algunos, ejemplo para otros. Mientras Juan Pablo habla con Joaquín, Elunei, su hija de 7 años, está totalmente entregada a los brazos cariñosos de su padre, quien la abraza mientras duerme. Hace mucho que no veía a un niño de 7 años dormirse en los brazos de sus padres, ya que estos pequeños, en “nuestra manera de ser sociedad”, han pasado a ser prácticamente adultos.
Juan Pablo y Sandra han elegido, vivir con menos para tener más. En tiempos donde el orden económico ha llegado a dominar la vida de los seres humanos, ellos han sabido desafiar a la corriente y construir un verdadero hogar, donde valores como el trabajo, respeto, comunicación y dialogo no faltan. “Para mi lo más importante es tener un vinculo verdadero con mis hijos”, dice Juan Pablo emocionado.
“Si algo nos pasara a mi o a Sandra, ¿qué les dejaríamos a nuestros hijos? ¿Prohibiciones? No, nosotros queremos darles herramientas” acotaba Juan Pablo. Ellos tienen claro que a través del amor que les brindan a sus hijos, los límites se van demarcando solos, naturalmente. Así es como estos no tienen necesidad de transgredir o utilizar la violencia como manera de expresión. Saben que tienen el espacio dentro del hogar para ser como realmente deseen ser porque sus padres los quieren y respetan.
Como mujer, me he pasado la noche mirando a Sandra. Pensé sobre como se desvaloriza y bastardea a aquellas mujeres que viven su maternidad de manera profunda y conectada a sus hijos, en contraposición a una cultura que busca el éxito y el desarrollo profesional de la mujer y aplaude a aquellas que logran separarse tempranamente de sus hijos para volver al trabajo (no por necesidad). Guarderías, abuelas o niñeras que cuidan de niños, cuyos padres se encuentran muy ocupados, trabajando, para “darles lo mejor” (realmente me pregunto ¿qué es lo mejor para un niño?). Recuerdo la frase que nos dijo hace poco el hijo de un periodista: “Los niños, al ser chicos, solo necesitan el amor de sus padres, comida y abrigo. Todas las demás cosas son necesidades del sistema”.
Anónimos para una sociedad que estimula lo individual, la satisfacción inmediata y el culto al éxito, Juan y Sandra han sabido escribir su propio y singular libro de vida, guiándose por tres de los mejores recursos: la humildad, el dialogo abierto y el amor.
Proyecto de familia, de pareja....que Bueno, me alegro mucho contemplar donde se detiene su mirada.los acompaño mas...¿un poco franciscana "en serio" la familia no?
ResponderEliminarMe encanto! Soy psicopedagoga y realmente pienso que a los chicos les falta más amor, y comunicación! Les faltan padres presentes! Muy franciscana la familia...
ResponderEliminarque lindoo clari
ResponderEliminarsigan escribiendo... si no podemos "irnos a america" que america venga a nosotros...
Q lindo, hoy soñé con ustedes y me desperté del sueño riendo.
ResponderEliminarAhora entro y escriben estas cosas tan bellas
los tengo en mi corazón amigos
Qué lindo Clari, que como mujer hayas querido pasar una noche mirando a esa mujer tan conectada a sí misma y a sus hijos! Vivimos en un mundo lleno de comodidades y sin darnos cuenta las convertimos en necesidades, ésto es lo tremendo, no ver la diferencia...Es esperanzador ver que se puede vivir teniendo al amor como herrramienta más poderosa, porque hace innecesaria la violencia..me alegro! ES la mejor manera de construír un mundo de luz y alegría. Qué lindo Clari que seas la mujer de mi hijo y que juntos intenten éste camino.
ResponderEliminarHola pebetes!!! Como cada vez que ento a dejarles uin mensaje, escribí uno re largo y se me borró! Voy a dejarlo como una cábala para que les siga yendo así, juntando vivencias increíbles como esta y llenando su "canasto del viaje" de momentos tan lindos! Sigo al pie del cañón hasta su próxima entrega!! Se los extraña! Abrazoo!!
ResponderEliminarde verdad Clari el poema es tuyo??? no te tenía así...me encantó
ResponderEliminares re lindo leer un espacio de cada uno de ustedes, las distintas miradas..los amigos, las familias..¿hay algo más importante en la vida que eso??? no creo
besoooos y Clari..cuidale la bufanda a Delfina!!!
Como se los extraña!!!
ResponderEliminarClar, sabés como le fue a tu amigo Suizo en la estancia? Justo se enfermó mi tía abuela y la tuvieron que traer a Bs. As. asíq mis tíos están todos acá, entonces no sé como le estará yendo. Fue?
Besos a los dos!
Val: Roman está en la estancia hace ya unas cuantas semanas! Debe estar trabajando muchísimo! Hace rato que nosé nada más pero seguro que la está pasando increíble! Amiga, escribime personal por mail!
ResponderEliminarMurray: Todavía no sacamos la bandera de Argentina, cuando llegamos a Ushuaia había mucha gente y nos dio algo de verguenza sacar la banderota al fiel estilo Feliz Domingo!
Mer: al poema lo escribí una noche de emociones, voy a seguir intentando esa rama a ver qué sale! Ya te vas a Machu Pichu!!!! Acordate de pasarme información madrina! Te quiero
Tom: ¿Qué soñaste? me dio intriga! jaja
Gracias por los comentarios tan lindos que escriben todos, son nuestra gasolina gratuita y no subencionada. Seguimos en comunicación! Arrivederchi e Bonna Fortunna!
Clar: Te mandé mail, no te llego? Te llamé pero no tenías señal. Mandame mensaje cuando tengas señal y te llamo así charlamos!
ResponderEliminarche me siento discriminado....contestaron a todos menos a su tio jejejje....abrazos
ResponderEliminar