Superarse no es tarea fácil. Supongo que cada uno de nosotros sabrá para sus adentros cuales son aquellos límites que si logran ser traspasados producen una satisfacción que no puede ser muy bien explicada, pero deja ese gustito de…¡Vamos, carajo, lo logré!. Bueno, algo de eso me pasó estando en El Chaltén. Mis límites, en este caso, tienen que ver con cuestiones de índole “deportiva”. Los que me conocen saben muy bien a lo que me refiero. Durante toda la época escolar pertenecí al “Grupo C” de educación física, el más pobre nivel. Esta asignatura fue para mí un suplicio. Mientras observaba a las chicas de mayor rendimiento físico gozar con las clases de hockey, sudar el cuerpo y terminar la hora con la cara completamente roja pero con una sonrisa que lo decía todo, para mí significaba, después de las clases de química, la peor de las torturas. Fiel al estilo de colegio católico, algunas de mis compañeras utilizaban estrategias que a la hora de correr 7 vueltas, les resultaban beneficiosas para sentir que el tiempo transcurría más rápido. Rezar el Ave María o peor aún, el rosario, parecían ser las mejores recetas (yo nunca entendí como se reza el rosario, es muy rebuscado). Mientras las chicas “A” eran agasajadas por las profesoras de gimnasia con tortas, sandwiches y refrescos al finalizar la jornada, las del Grupo C debíamos soportar los gritos y casi maltrato de estos mismos seres mal llamados “profesoras” . Frases como “¡Sos un robot!” o "¡No se hagan las modelitos!" se oían a una distancia de casi 10 kms. Una de mis compañeras de grupo siempre terminaba llorando. Durante esa etapa llegué a envidiar a aquellas compañeras que tenían un médico en la familia. Tan solo pensar que podría llevar un certificado con firma profesional que constatara mi imposibilidad para realizar actividad física me generaba alivio. “Mediante el presente certificado dejo constancia de que la paciente Clara Oyuela NO puede realizar actividad física durante todo el mes de agosto. Acaba de salir de una operación muy riesgosa. Firma: Doctor Cabrera”. Pero eso nunca sucedió y aunque intentara falsear mi estado de salud, las profesoras siempre me mandaban a correr las 7 vueltas, tirar jabalinas o saltar vallas cual caballos. En fin, supongo que ante esta triste introducción podrán anticipar el relato que se aproxima...
Con el reflejo de este lago, la madrastra de Blancanieves o el principe que se convierte en sapo se harían una panzada. Pero el más bonito de este pueblo es...¡El Fitz Roy!
Observen. Ahí están el soldado Ryan (por su nuevo corte de pelo) y Pachu, listos y motivados para una caminata por la montaña que durará 7 horas. Cuatro horas de subida, una hora de contemplación en la cima y dos horas finales de bajada. El orgullo no me permitía aceptar lo duro que sería para mí ese objetivo. “Vamos, buenísimo, me encanta” les dije. Sin embargo, la sensación interna fue de total regresión hacia la época de secundaria. ¡Grupo C, vamos carajo!
La hora de largada llegó. Mochilas, protector solar, anteojos, agua y buen calzado. El trayecto comenzó y mi objetivo (ellos no lo sabían), era controlar la respiración. Recuerdo que durante las 7 vueltas lo que primero me dolía era el bazo, a causa de una mala circulación del aire. Es así como Joaquín y Pachu, en plena subida iban charlando de temas tan amplios como profundos. Que la flora de acá y la fauna de allá. Qué los fósiles esto y que Darwin y su teoría de las especies lo otro. Yo, por mi lado…inspirando, exhalando...
¡Espérenme! ¡Yo también se algunas cosas de Darwin que pueden interesarles!
Intenté sacar de la mochila algunas de mis mejores herramientas que me ayudaran a subir esa montaña en mejores condiciones. ¿La psicología? Mmm, no. La tiré. La relación con mis padres nada tiene que ver con subir una montaña. ¿El teatro? Descartado. Ni en las clases de gimnasia me sirvió para que las profesoras se creyeran que estaba enferma. ¡Ya se! ¡El canto! Tan mal no canto. No Clara. Esto no es una peregrinación a Luján. Para qué…ninguna de las armas que creí me ayudarían fueron útiles. Sacudí la mochila, hasta que los sándwiches que llevábamos para comer arriba, me sacaron la lengua y mostraron su cara más sincera y cruda (aunque fueran de cocido y queso). Para subir esa maldita montaña solo necesitaba la cabeza y las piernas, que por más flojas las tuviera, eran las únicas que tenía. Así fue como durante varios minutos me la pasé discutiendo con mi propio yo, hasta que finalmente me dije a mí misma “O le ponés actitud o te bajan de esta montaña de a cuatro”. La segunda opción hubiera sido realmente humillante. ¿Sin haber cumplido los 30 años alguien me bajaría de una montaña de 1000 mts de altura?. ¡Eso nunca!. Les puedo asegurar que, repentinamente, mi cuerpo comenzó a sufrir una transformación sin precedente alguno. Como por obra de magia, el espíritu de aquellas compañeras de colegio todo terreno me tomó por completo y no solo subí y bajé la montaña, sino que hasta hice algún que otro chiste al regresar. Era toda una chica Grupo A…
Algunos aprecian llegar, otros el camino.
Lo que nunca pude saber es si aquellas amigas con cuerpos de acero, tras mucho ejercicio, sentían las piernas estallar, como me pasó a mí, al punto de caminar como un auténtico cowboy del lejano oeste. O si los dolores de cabeza, producto de la deshidratación, las invadió durante días, generándoles sensaciones nauseabundas, como también me sucedió. Sin embargo, a pesar de los bloqueos que sufrió mi cuerpo durante esos días (peor que el que sufre Cuba hace 50 años), puedo decir que la sensación de superación no la cambio por nada. Haber sido, por apenas unas horas, una chica A me dejó ese gustito del “nosequé”, expresado solo en un ¡Vamos carajo, lo logré!
Hola Chicooos, hace mucho que no los leía, me encanta todo lo que escriben y las fotos son increiblemente lindas!
ResponderEliminarClari, amiga, sabés que te entiendo 100% con esto último, te felicito por haberlo logrado!!!
Les voy a escribir un mail, los quiero mucho!!
Meli.-
Felicitaciones Clari! Lo lograste c.....!!! ( no me animo a escribir carajo)
ResponderEliminarMuy buenas las fotos!
Soy cora muy buenas las fotos!
ResponderEliminarImpresionante Clari!!!!me alegro de que el espíritu de tus compañeras te haya tomado, llegar a ser una chica Grupo A te dejó ver esos lugares y colores FELICITACIONES!!!!
ResponderEliminarBien ahí, Clari, creéte miiiiiiil!!!! INCREIBLES las fotos!
ResponderEliminarBuena Clari!!! La próxima quedada de la Westy va Joaqui al volante y vos empujás sola!! Una grosa!
ResponderEliminarno puedo creer las fotoos!!!! parecen una pinturaaaaa...
ResponderEliminary muy divertido lo que escribiste hermana, te entiendo yo tmb, grupo C a morir
Sos grosa mal Claraaaa. Despues en privado me contas de tus quejas y puteadas, como "que carajo hago aca?", "quien me mando a subir esta montaña de tierra?"etc, etc...
ResponderEliminarIDOLA
Pregunta, el soldado Ryan no tiene otros pantalones? Necesitan que les mando unos?.....
hola chicoss!! recien empiezo a leer asi que no vi todo pero me copaaa lo que estan haciendo! las primeras fotos de tierra del fuego, todoo es increible! me alegro mucho por uds , gracias por compartirlo tambien, me hizo sonreir ! la mejor para los dos
ResponderEliminarviole
Amigos, me hicieron reir con sus comentarios, especialmente mi cuñado y amigo Javier, con lo de los pantalones de Ryan. ¿No te acordas que tenemos escaso lugar para tener pantalones de sobra? Si queres hacemos trueque. Que Belen me pase algo y yo le doy algo mio (a un mes y medio ya no soporto mas el mismo sweter, lo que me depara..) y a Joaquin le vendrían bien pero todavía le quedan hermososs estos! Viole, que buena onda recibir un mensaje tuyo! Gracias por tu buena energía! Elena, sos la comentarista number one del blog! Gracias por tu seguimiento crónico! A todos, gracias por todooooooo! Los queremos!
ResponderEliminarSolo queria mandarles un abrazo grande y si siguen en el Chalten mandenle tmb a la querida PACHU!!!!
ResponderEliminarYo no puedo creer estos paisajes. Es algo increíble!!!!
ResponderEliminarClar no podía parar de reírme con lo del grupo C. Como parte indiscutida de ese grupo, siento este logro en parte como mío tb. Si vos pudiste yo también debo poder.
Se despide... El robot!
Que bueno, lo lograste Clari!! Igual ni se compara dar 7 vueltas al pedo corriendo y hacer una caminata con amigos como Darwin, Flora y Fauna y el soldado Ryan, eso es mas reconfortante.
ResponderEliminarIgual te imagino corriendo de chica y me rio sola... lo tuyo era ir cantando por la montaña o actuando...
Me encantan las fotos y los relatos, con condimentos bien distintos como la vida...
Besos enormes a los dos!
que paisajes increibles!!! muy buen timing el de este blog - el domingo Rupert corrio la maraton de londres y yo todavia no puedo creer que corrio 4 hs sin parar!!! 42 kilometros!!! pero bueno el es Grupo A indiscutible. Igual nunca es tarde para la reinvecion de las del C!! Vos segui subiendo montanas; yo corro vueltas al parque. Muchos besos!
ResponderEliminarvamos clariii .. hola idolosss de la vida bueno todo super todo,
ResponderEliminarestoy aca con ro viendo las cosas y me dice que se siente muy identificada con vos y el grupo c jaja
mi recomendaciòn, nunca te pases al grupo a, siempre c mejorado en todo caso, sino es traiciòn a la sangre
en algun día llegan a 100 mil visitantes?? ahi hacemos fiestita
ResponderEliminarsi Clari soy la comentarista number one!! los siento cerca cuando entro, en realidad tmb entro más veces y no escribo para no convertrirme en pesadilla!! besos, los quiero mucho!!
ResponderEliminarjajaja amigaaaaaa!!! muy buen relatoo y increible las fotos!! y si, en el grupo A sentiamos las piernas estallar! asique estoy habilitada para decirte: bienvenidaaaa al buen trato y chau al ninguneooooooo!
ResponderEliminarte extraño tantooooo pero nos vemos en breve jajajajajaj uhhh ya falta nada!!
jajaja la foto de la montaña que se refleja en el lago es de caja de chocolates barilochenses de los 90s
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